Actitudes tomamos, frente a distintos escenarios, y por distintos factores.
Las decisiones que tomamos a veces no parecen ser las indicadas, el mundo dice que no es la indicada, y falla, entonces corriendo porque vemos de buenas a primeras que las cosas no salen como tu pensabas que iban a salir.
Solemos dejarnos llevar por el primer error, y por eso a veces dejamos de lado, y cambiamos rápidamente de parecer.
A veces tropezamos diez veces con la misma piedra,
y al fin aprendes.
A veces no somos tan fuerte como creíamos, a veces somos más débiles de lo que esperábamos ser.
Es cuando las lágrimas de impotencia surcan el rostro.
Las frustraciones vienen, vuelven con más potencia.
Es como si uno mismo jugase en su contra, confabulando con lo que queremos.
Cometemos una y otra vez el mismo error. Hasta que nos cansamos, porque creemos que no es nuestra culpa, si no la del otro. Y culpamos. Lo más triste es que luego nos damos cuenta, de que eramos nosotros mismos quienes nos heríamos, y lo peor es que dañamos a otra persona por esto.
Por empecinarnos en tener la razón.
No somos dueños de la razón. La razón llega a su debido tiempo, llega por medio de actos, por pequeños detalles a veces intangibles. Como una canción que te limpia el alma. Llega inesperada, así como la verdad.
Estamos muy equivocados si creemos que frente a determinado escenario, nuestro juicio es el único correcto.
A veces cometemos el error de fijarnos en pequeños detalles, o de vivir en la generalidad. Cuando en verdad debemos combinar ambas, para poder decir realmente "Soy feliz".
Paciencia.
Y perdemos el tiempo, si no aprendemos. Mas si aprendemos, ganamos el tiempo, para seguir aprendiendo.
Esperamos que llegue alguien a apoyarnos, cuando somos nosotros mismos los que debemos salir del agujero.
26 febrero, 2012
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