ha sido super difícil.
La soledad que envolvió mi cuerpo, mi espíritu y mi vida. mi entorno..
Fue deprimente.
Arrasó con toda gota de felicidad.
Terminé de ponerle guirlandas de nostalgia a mi vida,
cuando vi mi cuarto lleno de sombras,
decidí que poco a poco las sacaría, para comenzar nuevamente.
y así he ido hasta ahora,
quizás algunas enfrentándolas de frente, y otras dejándolas pasar.
El pánico se apodera de un cuerpo ya inerte,
la desesperación ya invalidó cualquier excusa para estar al lado de quien amaba,
veo comida y me causa repulsión.
eso me hace pedir a gritos, ahogados, un cigarro y una taza de café.
Quisiera haber pasado más tarde con mis amigos y bailar.
Creo que es eso lo que me llama ahora,
para sacar esas crueles palabras de mi, esos pensamientos insalubres.
Las lágrimas una vez más se desbordan.
Una vez más busco refugio, nuevamente es en vano.
¿Y si abandonamos este lugar?
Nadie se percatará.
Y las cosas siempre pueden empeorar.
Cuando no te das cuenta de tus errores,
la vida te da señales fuertes de que lo que haces está mal.
Las actitudes que tomamos como nuestras y que realmente no están bien,
porque no nos pertenecen o están equívocas.
El orgullo te ciega y por eso la vida te castiga,
con sucesos desafortunados.
Al percatarte de que estás mal,
te das cuenta del daño que causaste.
A ti y a tu alrededor.
Entonces intentas correr de todo y no...
No es esa la forma de hacerlo.
Lo mejor es plantearte el tema seriamente,
ver las consecuencias, y tratar de mejorar este punto negativo.
enmendar el daño, quizás sea tarde para muchas cosas,
pero todavía te queda vida por delante y gente que todavía está contigo.
Por esa gente debes aprender,
por la gente que aún está, y por la gente que llegará.
Es triste y cobarde echarse a morir,
Tenemos que seguir adelante,
aunque todavía no sepamos para qué.
Ver al frente y sonreír,
aunque las lágrimas se desborden,
y el cuerpo te tiemble de ira;
Hay mucho que vivir y que sentir.
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