Ahora sé que todo lo que le dices,
son las mismas cosas que a mí me decías.
Sé que todo lo que le das, son cosas parecidas a las mías.
Sé que en algún rincón de tu corazón estoy, y que no me puedes matar;
por eso escondes tu cabeza o desvías la mirada cada vez que paso cerca.
Sé que te sonrojas al mirarla o al hablar con ella,
que la miras con cara de enamorada y que lo que esperas con ansias es verla.
Sé que esta vez entregarás lo que no me entregaste a mí,
sé también que tu egoísmo está apaciguándose.
¡¡Tiene ojos sólo para ella...!! Mi mente escuchó ese grito y mi garganta se contrajo.
Dios... Y creo que aún albergo esa esperanza,
esa esperanza de que todo sea una mentira.
Pero es de niños eso.
Pero es algo que ya pasará.
Tengo que seguir como voy,
porque como voy,
quizás estoy bien.
Ya no quiero seguir fingiendo estar excelente cuando quizás tan sólo estoy mejor.
No quiero seguir pensando en algo que ya no tiene caso.
Así que quizás y tan sólo quizás...
Esto sea lo último que escriba...
Sé que no he cerrado el capítulo bien y que por eso le doy vueltas.
10 junio, 2009
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